sábado 23 de noviembre de 2024

Opinión | 20 nov 2024

La apuesta femenina del Valle del Cauca

Tres vallecaucanas en la carrera presidencial para 2026

Tres mujeres vallecaucanas, María Fernanda Cabal, Vicky Dávila y Clara Luz Roldán, se perfilan como protagonistas de las elecciones presidenciales de 2026. Desde diferentes esquinas ideológicas, representan no solo el peso de su región, sino también el posible reto de liderar un país polarizado.


El panorama político colombiano para las elecciones presidenciales de 2026 se perfila con la presencia de tres mujeres vallecaucanas en el tablero: María Fernanda Cabal, Vicky Dávila y Clara Luz Roldán.

Cada una, desde su esquina ideológica, representa facetas diferentes del espectro político, pero también desafíos y contradicciones que vale la pena analizar con ojo crítico.

María Fernanda Cabal no necesita presentación. Es la representante más visible de la derecha dura y la favorita para quienes aún ven en el uribismo una solución a los males del país.

Su fortaleza está en su discurso claro, directo y sin concesiones. Pero, ¿es suficiente la fuerza de la retórica para ganar una presidencia en un país que se está cansando de los extremos?

Su estilo combativo, aunque eficaz para mantener a las bases conservadoras movilizadas, puede ser también su mayor obstáculo.

En una Colombia que busca superar las divisiones y la polarización, Cabal insiste en un lenguaje que aleja tanto como congrega.

A esto se suman las controversias que la han acompañado durante su carrera, que si bien le aseguran atención mediática, también limitan su capacidad de ampliar su coalición.

Cabal puede llegar a una segunda vuelta, pero la gran pregunta es si podría ganarla con un país tan dividido.

Por otro lado, está Vicky Dávila, un nombre que genera tanta admiración como suspicacia. Su paso del periodismo a la política no es del todo inesperado, pues desde hace tiempo su labor al frente de la revista Semana parecía más política que periodística.

Dávila, a diferencia de Cabal, se presenta como una figura de "renovación" en la derecha, una outsider que busca conquistar el voto del colombiano desencantado con los políticos tradicionales.

Sin embargo, ¿qué puede ofrecer Dávila más allá de su reconocimiento mediático? Su inexperiencia en la administración pública es un punto débil que no puede pasar desapercibido.

Gobernar un país no es lo mismo que dirigir titulares. Además, su candidatura puede generar preguntas sobre los límites éticos del periodismo cuando se convierte en plataforma política.

¿Es realmente una candidata independiente o simplemente otra figura que busca capitalizar la fragmentación de la derecha?

Y luego está Clara Luz Roldán, la exgobernadora del Valle del Cauca que, desde el Partido de la U, representa un centro político.

A diferencia de Cabal y Dávila, Roldán tiene algo que las otras dos no pueden presumir: experiencia administrativa. Su gestión en el Valle del Cauca, aunque no exenta de críticas, fue reconocida por su enfoque en temas sociales y por su capacidad para mantener estabilidad en una región compleja en medio de una pandemia.

El reto de Roldán es claro: Salir del molde regional y proyectarse como una líder nacional.

En un escenario donde los extremos podrían saturar al electorado, una propuesta conciliadora podría ganar terreno, especialmente si logra posicionarse como una opción moderada frente a la polarización de Cabal y de Dávila.

Lo que parece evidente es que una de estas tres mujeres tiene altas probabilidades de figurar en la segunda vuelta, enfrentando al candidato del petrismo.

Cabal parte con ventaja gracias a su base ideológica sólida, pero su incapacidad para moderar su discurso podría ser un freno.

Dávila representa una apuesta arriesgada para la derecha, con un discurso fresco pero poca sustancia administrativa.

Y Roldán, aunque más discreta, podría aprovechar para consolidarse como una candidata viable para el centro político.

El protagonismo del Valle del Cauca en 2026 no es casualidad, pero tampoco garantía de éxito.

El reto de estas candidatas no solo será ganar votos, sino demostrar que pueden ofrecer algo más que discursos y promesas en un país cansado de los extremos y de las apuestas mediáticas.

El verdadero desafío será si alguna de ellas puede articular una visión que trascienda el espectáculo político y responda a las necesidades reales de una nación en busca de liderazgo.

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